viernes, 11 de diciembre de 2009

ENSEÑA A TU HIJO A CONFIAR A DIOS

Como padre, enfrentas una de las responsabilidades de mayor reto y
satisfacción en la sociedad moderna: criar la próxima generación. Esta
es una asignación muy valiosa y difícil, pero no estás solo. Con la
ayuda de Dios, es posible disfrutar una vida de pleno gozo y promesa
al guiar a tus hijos hacia la madurez. Llegamos a la conclusión de que
la Palabra de Dios contiene todas las respuestas a los asuntos del
diario vivir, y que garantiza sabios consejos y certera intuición para
los padres en todo lugar.

Un hoy, vale por dos mañanas.
Después de haber pasado varios meses en terapia de grupo, Stuart
decidió visitar en la universidad a su hijo de veinte años de edad. Le
preguntó a Kevin cómo habia sido la experiencia de tenerlo a él como
papá.

- Pues mira, papá –dijo él-, no deseo herir tus sentimientos... pero
es que nunca estuviste presente.
- ¿Qué quieres decir? –preguntó Stuart-. ¡Yo estaba presente cada
noche! ¡Nunca salía a ningún sitio!
- Lo sé, papá, pero era como si no estuvieras. Como que no te
importaba. Nunca te enojabas. Si estabas triste, yo nunca me percaté
de ello. Jamás parecías estar contento. No sabía quién eras. Para mí
eras como un extraño la mayor parte de las veces. Me sentía como que
no tenía papá -le dijo Kevin.

Cuando Stuart regresó a sus sesiones de terapia, le contó al grupo lo
que su hijo le había dicho. Por primera vez en más de cuarenta años,
lloró.

-“¿Pueden creer tal cosa? –preguntó- Estuve presente, y él sintió que
yo era invisible”.

A su debido tiempo Stuart logró superar este incidente y experimentar
un verdadero crecimiento emocional. Acompañó a su hijo en viajes de
pesca submarina y en balsa por las corrientes fuertes de un río.
Experimentando el gozo del momento con su hijo Kevin. Su mayor
remordimiento fue haber desperdiciado tanto tiempo en el pasado,
hiriendo a su hijo en el proceso, por tener dentro de sí tan poco que
su hijo pudiera llegar a conocer. Nunca es demasiado tarde. Invierte
tiempo con tus hijos y demuéstrales el verdadero tú.

“Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará.
Proverbios 24:3-4

Uno no cría héroes, cría hijos.
Si uno los trata como a hijos. Ellos se convertirán en héroes, aun
cuando sea ante tus propios ojos solamente.

Cierta noche en la ciudad de Albany en Nueva York, un hombre le
preguntó la hora a un marinero. Éste sacó un enorme reloj y respondió:
- Son las 7:20

El hombre estaba seguro de que era más tarde, por lo tanto preguntó:
- ¿Se ha detenido tu reloj?
- No –dijo el marinero-, aún mi reloj marca la hora normal de la
montaña. Soy del estado de Utah. Cuando ingresé a la fuerza naval mi
padre me obsequió este reloj, Él me dijo que me ayudaría a recordar mi
hogar. Cuando mi reloj marca las 5 de la mañana, sé que mi padre está
en camino de ordeñar las vacas. Y cualquier noche cuando el reloj
marca las 20:30, sé que toda mi familia está reunida alrededor de una
gran mesa, y que mi papá da gracias a Dios por los alimentos que hay
sobre ella, y le pide a Dios que me proteja. Casi puedo oler los
panecillos y el tocino.
- Pensar en estas cosas me anima a batallar cuando las cosas andan mal
–concluyó-. No importa dónde me encuentre, para mí es fácil averiguar
qué hora es. Pero lo que deseo saber, es que hora es en Utah.

Obviamente el padre de este soldado le había dado muy buenos ejemplos
a su hijo y lo crió de tal manera que siempre pudiera apreciar el
valor de lo que es el hogar y la familia. Él había adquirido una fe
tan firme que estaba dispuesto a batallar por su país con tal de
conservarla.

“Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de
los que le temen”. Salmo 103:13 (BLA)

Dirige más tus esfuerzos a preparar a los jóvenes para el camino. Y
menos a preparar el camino para los jóvenes.

DeAnna y Ronda Miller se criaron en un pequeño pueblo en el estado de
Georgia; una comunidad afroamericana muy unida, donde la pobreza era
la norma. Su madre, Lucile Miller, trabajaba en dos empleos y a veces
en tres, para poder adquirir lo básico.

Aunque en su casa no había cañería interna y las circunstancias eran
difíciles, ambas jóvenes tenían notas sobresalientes. DeAnna se
convirtió en la estudiante que pronuncia el discurso de salutación de
su clase. Ronda logró convertirse en una de las primeras
afroamericanas en la historia, en pronunciar el discurso de despedida
de la escuela Superior Ludowici, en Long County, Georgia.

DeAnnaa ingresó a la universidad Benedictine, en Carolina del Sur, con
estudios concentrados en biología premédica. Ronda cursó estudios
concentrados en Psicología en la universidad Spellman, en Atlanta,
Georgia.

Detrás de sus logros se podía apreciar su fe, trabajo arduo y un
profundo amor por su madre quien estuvo siempre a su lado e inculcó en
ellas la excelencia del carácter y el amor por los estudios. DeAnna y
Ronda fueron bendecidas con amigos y familiares que se preocuparon por
ellas. Pero más importante aun, se les enseñó cuáles eran las
herramientas necesarias para vencer la adversidad y el valor de
trabajar para ver la realización de sus logros.

“Disponed ahora vuestro corazón y vuestra alma para buscar al Señor
vuestro Dios” 1ª. Crónicas 22:19 (BLA)

Este artículo ha sido tomado del libro:
El libro devocionario de Dios para padres


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