viernes, 11 de diciembre de 2009

TESOROS EN EL MATRIMONIO

*¿Se puede amar para toda la vida? Podemos concentrarnos en las pequeñas
cosas que mantienen al matrimonio con vida, en vez de concentrarnos en
aquellas que lo destruyen.*

Cuando Dios nos ordena amarnos los unos a los otros, nos muestra que el amor
no es un sentimiento imposible de controlar. Él jamás nos diría que
hiciéramos algo que no podemos hacer.
El amor es una opción que se basa en los pensamientos y las conductas que
podemos controlar. Cuando nos decidimos a atesorar a nuestro cónyuge,
llenamos nuestra mente con pensamientos positivos. Nuestra conducta es
también positiva y se concentra en ayudar y proteger. Hay maneras
específicas en que podemos hacer que nuestros pensamientos y nuestra
conducta se mantengan enamorados.

*El arte de atesorar a nuestro cónyuge*
¿Han atesorado alguna vez un objeto? ¿Un trofeo, un premio, un automóvil o
una casa? ¿Cómo tratamos a los objetos valiosos? ¿Los tiramos en un armario
y nos olvidamos de ellos? Por supuesto que no. Por lo general, los exhibimos
en un lugar de honor y los mantenemos bien cuidados. Pensamos en ellos a
menudo y les hablamos sobre ellos a los demás cuando podemos.

Me acuerdo cuando, después de seis meses de búsqueda, finalmente encontramos
la casa perfecta. Fue como encontrar un tesoro escondido. Durante las
siguientes semanas, de lo único que podía hablar era de la casa. Me pasaba
horas y horas pensando en cómo iba a decorarla. Cuando por fin la compramos,
¡me pasé realmente horas y horas decorándola! Mientras vivimos allí,
continué sintiéndome orgullosa de mi casa y me encantaba mostrársela a mis
amigos y a mis familiares.

Estoy segura de que la mayoría de ustedes pueden relacionarse con algún
objeto en su vida que haya tenido un lugar de honor en su corazón. Quizás
sea el automóvil que habían deseado durante tanto tiempo, y que ahora lavan
todos los días; o aquella medalla que ponen a la vista con tanto orgullo; o
ese gran pez trofeo que tienen montado sobre la pared para alardear de su
logro. ¿Por qué tan a menudo nos ocupamos mejor de nuestros bienes
materiales que de nuestro cónyuge?

[image: Matrimonio]Por desgracia, tengo que admitir que hay veces que me
ocupo mejor de mi casa que de mi marido. Quizás sea porque se nos enseña
cómo limpiar la casa, lavar el coche o cuidar de nuestras cosas, pero a
menudo no se nos enseña cómo atesorar a la gente. Solo cuando aprendamos
verdaderamente a atesorar a nuestro cónyuge por encima de todo lo demás
–excepto nuestra relación con Dios– comenzará nuestro matrimonio a sanarse,
crecer y florecer.

*Cómo atesorar a nuestro cónyuge*
¿Qué significa atesorar algo? Sencillamente significa percibir ese objeto
como algo de gran valor para nosotros: algo que hemos soñado, por lo que nos
esforzamos y que hemos, finalmente, recibido. Un regalo que no tiene precio.
Un tesoro. Algo por lo cual estamos agradecidos y que siempre valoraremos.
Algo que cuidamos, protegemos y mimamos. Obviamente, tendríamos que tratar a
nuestro cónyuge mejor que a cualquier bien material.

¿Pero sabemos acaso cómo hacerlo? Nosotros cuidamos nuestro automóvil,
nuestra casa, nuestro barco, o nuestros preciosos trofeos o medallas. Pero
poseemos un don mucho más valioso, al cual no le damos demasiada
importancia: nuestro esposo o esposa.

¿Han entrado alguna vez en la casa de alguien, o han ido a una feria
americana y han visto una mesa antigua o una tarjeta de béisbol de edición
limitada, o algún otro objeto de colección que se venden por prácticamente
nada? Quizás esté cubierta de polvo, con la pintura dañada y rayada,
golpeada y gastada. Miramos ese valioso objeto y pensamos: “Esta gente no
debe tener idea de lo que tienen o no lo estarían tratando así”.

[image: Descubra los tesoros del matrimonio]Pienso que eso es lo que ocurre
frecuentemente con nuestro cónyuge. Nos olvidamos de su valor. No parecemos
estar conscientes de su verdadero valor. ¡Necesitamos aprender lo que
significa atesorar verdaderamente a nuestro cónyuge y comenzar a aplicar
estos conocimientos prácticos de inmediato!

Tomado del libro: *Descubra los tesoros del matrimonio* de Editorial Patmos

No hay comentarios:

Publicar un comentario