viernes, 11 de diciembre de 2009

UNA PALABRA DE DIOS

Escuchando un programa de hoy en la mañana (Radio Ilumina Fm 98.1 o por
internet www.ilumina.fm a las 6:00am y repiticion 7:00am) estan leyendo el
libro QUE HACER EN EL PEOR DIA DE SU VIDA leyeron algo que me impacto y lo
quiero compartir con todos yo se que hay muchos que les confirmara lo que
estaban esperando

Una palabra de Dios

Cuando usted está en problemas, lo que más necesita es fe. Verdaderamente es
así de simple. La fe es la victoria que vence. Pero, ¿de dónde viene? La
Biblia nos dice que “la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de
Dios”. Observe con cuidado lo que dice la Biblia. La Biblia no dice
simplemente que la fe viene por el oír; dice que “la fe viene del oír, y el
oír” (LBLA). El oír y el oír; hay una repetición; una reiteración al
respecto. Si usted va a desarrollar una fe vencedora no puede sólo oír la
Palabra. Necesita oír la Palabra una y otra vez. Tiene que seguir oyendo y
oyendo la Palabra hasta que renueve su mente, destruya toda duda, y
desarrolle fe en su corazón.

Para comprender cómo viene la fe a una persona, especialmente en tiempos de
una gran crisis, es útil comprender cómo se usa en el Antiguo Testamento la
palabra palabra. Cuando el Nuevo Testamento dice que la fe viene por el oír,
y el oír por la palabra de Dios, usa una palabra griega especial para
“palabra”: jréma (rema). Jréma (rema) es diferente de otra palabra griega
usada para “palabra”: logos. La diferencia entre estas dos palabras puede
ser sutil, pero no obstante es muy significativa. Logos es principalmente la
palabra como una idea, un concepto, una razón, una lógica y está muy
relacionada con lo que es eterno. Se usa especialmente para referirse a la
palabra escrita. Logos aparece en el Nuevo Testamento Griego 330 veces, y
así usted podría pensar que es una palabra común. Jréma (rema), por otro
lado, significa una palabra hablada, viviente. Es más específica y más
particular en tiempo y lugar. Es la palabra para usted en el momento.

Pero cuando busque a Dios para que le dé una palabra, sea paciente. No forme
una palabra en su mente, busque a Dios hasta saber que Él le ha hablado a su
espíritu. Eso puede llevar algún tiempo. Usted no puede conseguir una
palabra de Dios en cinco minutos. Pero sabrá cuando Dios le habla. Suelo
describirlo como un estruendo en su espíritu. Como pastor he visto a muchas
personas meterse en problemas porque pensaron que habían oído una palabra de
Dios, cuando todo lo que tenían era un pensamiento, una mera impresión en su
mente (probablemente basada en su propio deseo).

Dios no le habla a su mente; Dios le habla a su espíritu. Dios no es “una
mente cósmica”; Él es un Espíritu. Cuando hablo de recibir una palabra de
Dios, no estoy hablando de una vaga impresión. Hablo de una palabra
específica. No es algo que usted reciba todos los días. Si va a discernir la
diferencia entre los pensamientos de su mente y las palabras de Dios, tiene
que conocer la diferencia entre su alma (el ámbito de la mente, la voluntad
y las emociones) y su espíritu (la parte que Dios sopló y regeneró por su
Espíritu Santo). La manera en que aprende esta distinción es pasando tiempo
constantemente con la Palabra de Dios. El alma y el espíritu están
íntimamente relacionados, hasta entrelazados, y no siempre es fácil decir la
diferencia entre los dos. Pero la Palabra de Dios es como un escalpelo de
cirujano en las manos del Espíritu Santo, que puede separar a los dos. La
Palabra de Dios es “viva y eficaz, y más cortante que espada de dos filos”.
Divide el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los
pensamientos y las intenciones de nuestro corazón.

En su peor día, es fácil que su mente se desenfrene y que miles de
pensamientos diferentes colisionen en ella. Esto no es la palabra del Señor.
La palabra jréma de Dios en su momento kairós es algo que habla el Espíritu
de Dios en lo recóndito de su espíritu. En mis peores días, siempre ha sido
una palabra específica de Dios la que me ha liberado.

Dios tiene un plan para usted, y Dios tiene una palabra para usted. Cuando
está desanimado y listo para renunciar, Dios tiene una palabra para usted.
Cuando está desalentado y a punto de entrar en pánico, Dios tiene una
palabra para usted. Cuando su mundo se cae y no sabe qué hacer, Dios tiene
una palabra para usted. Cuando afronta el peor día de su vida y no sabe
adónde ir, Dios tiene una palabra para usted. Vaya a solas con Dios. Espere
en su presencia. Escuche su calmo, suave murmullo. En el momento cairos,
Dios le dará una palabra jréma (rema).Y es entonces cuando suceden los
milagros.

—Extracto tomado del libro Qué hacer en el peor día de su vida de Brian
Zahnd.

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