viernes, 11 de diciembre de 2009

MATRIMONIOS AL DESNUDO

*Matrimonios al desnudo*

Considero que los matrimonios pueden exponerse en tres etapas: inicio,
vómito y madurez. La etapa de los comienzos es emocionante pero está llena
de «Yo», nuestro lema es: Yo estoy completo, realizado, feliz. Luego nuestro
enfoque se desplaza hacia los problemas, y entramos en el segundo periodo
del matrimonio, el que llamo la etapa del vómito. Aquí es cuando nos
concentramos en el otro: los defectos del otro, las debilidades, las fallas.
De la etapa uno a la dos pueden pasar un día, dos meses, un año y hasta
muchos años, pero a todos nos llega. El destino de una relación matrimonial
se basa en la capacidad de llegar a la siguiente fase (madurez). Esta etapa
crucial para la supervivencia no llega por sí misma, requiere de trabajo
habilidoso e intencional que nos lleve ella. Si la etapa del vómito llega
cuando cambiamos nuestro enfoque de «mi felicidad» a las «debilidades del
otro», la madurez llega cuando movemos el centro de atención del «Yo», y el
«Tú» a la unidad de pensar en «nosotros».

Esta es una lista de cinco cosas prácticas que te ayudarán a fomentar la
unidad con tu cónyuge:

*1. Tomarse de las manos.* Tómense de las manos al caminar. Oren juntos
tomados de las manos. Cuando estén en la intimidad, unan las manos. Mantener
la unión física, nos ayuda a mantener la unión en general. Cuando extendemos
una mano a nuestro cónyuge en unidad afectamos la condición de todos en el
hogar.

*2. Abrir el corazón.* Debemos fomentar la confianza y la amistad. Habla de
lo que tienes dentro, de lo más íntimo. Ten mucho cuidado como te comunicas
cuando te encuentres en una discusión con tu cónyuge. Cuando una pareja está
en medio de un conflicto, la manera que ellos deciden interactuar determina
si llegarán a la miseria o si aumentarán el nivel de intimidad. Los
conflictos nos pueden revelar muchas cosas sobre nuestro cónyuge que tal vez
desconocíamos: sus deseos, sus temores, sus sueños, sus desafíos. El
termómetro que debemos usar aquí es el respeto del uno hacia el otro.

*3. Entregar tu fuerza.* El matrimonio requiere de trabajo duro. Entrega tu
ímpetu a la relación. Da todo de ti. Muchos llegan al matrimonio con la idea
de: «yo pongo el 50% y tú pones el otro 50%», y esto solo crea conflictos y
competencias. En el matrimonio somos uno cuando el «yo» y el «tú» se funden
a través de las cuerdas del amor de Dios.

*4. Encuentra tu voz.* Escucha para entender. Te encontrarás a ti mismo
cuando te pongas «en los zapatos» del otro. Vivimos en el mismo planeta,
pero a veces sentimos como que si calculásemos la vida en longitudes de onda
que circunvalan la una a la otra. Si queremos fomentar la unidad, hay que
decidir escuchar con la intención de entender y no solo para oír. Sabemos
que tenemos un problema de sintonía cuando hablo una cosa y mi cónyuge
escucha otra cosa, cuando tomamos decisiones y luego mis acciones no están
completamente en acuerdo con el convenio al que habíamos llegado. Esto trae
confusión y conflicto.

*5. Da tu tiempo: una hora diaria.* El día de hoy. Asegúrate de estar
«presente» siempre. Una de nuestras herramientas es un libro que se titula:
*Un minuto con Dios*. Este libro te recuerda que es una buena práctica el
darle un tiempo diario a tu relación matrimonial, y qué mejor manera de
hacerlo que darle a Dios la oportunidad de hablarte. *Un minuto con Dios* te
hace concentrar en una pieza de tu relación matrimonial al día. Pero si
tomamos el efecto compuesto que da ir paso por paso a través de la lectura
del libro como un guía, al final hará una diferencia en tu vida con tu
cónyuge. El libro toma un pensamiento a la vez, y propone los cambios para
que la verdad de Dios en ese asunto sea clara. Luego da una llamada de
acción para que la Palabra de Dios sea práctica, la verdadera sabiduría de
acuerdo a Jesús está en el oír y luego poner en práctica lo que se nos ha
enseñado.

Una relación madura se concentra en el «nosotros» y solo mira al «yo» para
decidir qué dar, qué defender y en qué áreas trabajar.

Lo que podemos dar: tiempo, cariño, nutrición.
Lo que debemos defender: la intimidad y la comunicación.
Lo que debemos trabajar: la perseverancia, la oración, el espíritu de
servicio.

De esta manera no solo vivirán juntos sino unidos.

[image: Fomentando la unidad en el matrimonio]

Este artículo ha sido tomado del libro:

*Un minuto con Dios*

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